Wade Davis quien viajó a Haití y logró conseguir muestras del polvo utilizado por los bokores -su historia es representada en la película "la serpiente y el arcoiris"- para realizar la zombificación. Este polvo fue analizado y se encontraron varios tipos de neurotóxicos como tetradotoxina, datura stramonium y dacuna pruriens. La tetradotoxina es encontrada en el hígado de algunas especies de pez globo. Este químico es un potente bloqueador de la actividad nerviosa y administrado en muy pequeñas dósis puede provocar un estado de catalepsia logrando una muerte simulada. El efecto es sobre los estímulos nerviosos, y la víctima está en todo momento consciente de lo que sucede a su alrededor.
El componente de datura stramonium tiene un efecto alucinógeno, además de provocar amnesia en el individuo. Por último la macuna pruriens es una planta con componentes psicomiméticos y que pueden tener actividad alucinógena.
Este polvo se encuentra muy bien diseñado para causar un daño no solo en el cerebro sino también psicológico.
El cine gore sin duda puede definirse como el gusto desmedido por el sufrimiento humano, la tortura, los asesinatos, y los abundantes litros de sangre y visceras que caracterizan a este subgénero del terror; el gore apela a lo real y sangriento para causar miedo, se encarga de evidenciar la fragilidad del cuerpo humano y muestra lo que puede suceder cuando esta fragilidad es explotada al máximo buscando el sufrimiento ajeno. Son cosas que suceden, pero que nadie quiere creer como reales.
Algunos de los críticos de cine de terror, definen el inicio del cine gore con la película filmada en 1963 Blood Feast del director Herschell Gordon Lewis, al cual se le considera como "el padre del cine gore"
Sin embargo el cine gore no es un fenómeno que haya surgido de la espontaneidad, pues se pueden encontrar antecedentes anteriores al estreno de esta película, incluso desde finales del s. XIX en el teatro francés, que parte de la estructura del estilo teatral de follecín el cual presentaba escenas de crímenes horribles en sus tramas, este estilo de teatro se convierte en sinónimo de horror gratuito, venganzas viscerales y, ante todo, pavorosos efectos escénicos, capaces de impresionar al público más exigente.
Años despúes, ya en el siglo XX, este estilo de teatro no afectará al cine de terror, hasta la época de la segunda guerra mundial, etapa histórica en la que surgió un interés desmedido por los horrores y atrocidades de los combates, lo cual remplazo a los viejos valores del cine de terror, que se basaba en los contenidos de la novela gótica, el romanticismo y el suspenso, por lo realista, lo grotesco y lo violento.
El interés por las guerras y las atrocidades cometidas en ella darían como resultado films como Los hombres detrás del sol de 1988, película que narra, desde una diferente perspectiva histórica, cómo se vivió la Segunda Guerra Mundial en Japón a través de la recreación de los experimentos humanos realizados por el escuadrón 731.
Sin embargo, hay que decir que esta película no es del todo considerada gore, pero cumple con muchas de las características estéticas de este género pues nos muestra personas siendo mutiladas, torturadas y desfiguradas, dentro de un contexto muy real y bien recreado.
Por otro lado, durante la década de los años cincuenta comienzan a conocerse las perversidades realizadas por asesinos en serie como Ed Gein, y posteriormente Ted Bundy, quienes torturaban a sus víctimas tras la máscara de una aparente normalidad. Los periódicos del momento muestran todos los detalles macabros de estos personajes, animados por una morbosa colectividad, que buscaban cumplir la fantasía de ver con sus propios ojos, algún crímen cometido por cualquiera de estos asesinos.
Los asesinos en serie se vuelven íconos sociales a pesar de sus actos, por lo que en el cine se crean personajes que tengan características similares a los reales, perfiles psicológicos, modos de operación para cazar a las víctimas y sobre todo el gusto por matar. Es así como surge la idea para crear películas como "La masacre en Texas" de 1974, con leatherface el villano de la película, el cual es al tiempo el personaje principal.
En este asesino podemos observar características de Ed Gein, pues este gustaba de hacer objetos con la piel de los cadáveres de sus víctimas, igual que el personaje; se fabricó accesorios como máscaras, guantes, lámparas y forros para sus muebles.
La obsesión por la piel humana de Gein, es algo que refleja leatherface y que lo hace tan característico y tan popular como personaje del cine de horror. La película de "la masacre de Texas" se volvió la favorita del público en esos años debido a la similitud de los escenarios de la película con las escenas de los crímenes reales y lo horroroso de los asesinatos que daban una idea muy aproximada de como debió haber sido.
En Haití se encuentran sectas que realizan prácticas de magia negra y que corresponden a la religión del vudú. El jefe espiritual del vudú, si es hombre, será llamado hougan, y mambo si es mujer. Los practicantes de la magia negra son los bokors -hechiceros-.
Como el chamán, el hougan es el realizador de rituales, el iniciador en el conocimiento secreto y en los misterios. Es también un sanador, un exorcista, un adivino; sabe como tratar con las entidades invisibles y entrar en su mundo, puede comunicarse con las almas de los difuntos, se sirve de la energía cósmica y es capaz de dominar poderes extraordinarios.
Houngan y Mambo
Estas prácticas dieron vida no sólo a un aparato de control, sino a la dialéctica que operó entre la religión Vudú, los tonton macuotes, la reactualización de la dicotomía amo/esclavo y la metafotización de las relaciones de producción a través de las represnetaciones sobre la zombificación y la hechicería, que orillaron a la sociedad haitiana a una ferocidad inédita, las cuales ravitan a su vez en los periodos de la dictadura de los Duvalier, primero con el doctor FranÇois y después a la muerte de éste en 1971.
"PAPA DOC"
tontons macoutes
Duvalier se aprovechó del Vudú para atemorizar, engañar y perpetrar sus crímenes. El más escabroso ejemplo lo constituyeron los tontons macoutes; es decir, el aparto policial secreto. Su único objetivo: mantener a raya a la oposición y atemorizar y torturar a los haitíanos durante casi tres décadas.
Barón Samedi es el loa jefe de la silla de los espiritus de la muerte, llamados Gedé, y cuyas lúbricas danzas imitan el acto sexual. En los cementerios o las encrucijadas de los caminos se llevan a cabo bajo sus auspicios las diversas prácticas mágicas y de brujería llamadas "expediciones" en alusión a San Expedíto, el homólogo católico del Barón.
Duvalier se inspiró en la imágen de Barón Samedí, como representación de la nación misma y de las creencias religiosas imperantes en Haití.
Esta película de 1988 es muestra del imaginario de terror en la sociedad haitiana durante el régimen de Duvalier.
El polvo utilizado para la zombificación estaba compuesto a base de drogas que dejaban el cuerpo de la víctima en estado catatónico, pero ¿Qué es "zombificar" a alguien"?.
Los Bokor, al ser la mano maléfica de la magia haitiana, tienen el poder de crear zombies. El proceso sería el siguiente: Por medio de la ingestión de un determinado polvo que suelen mezclar con la bebida; el afectado pierde sus constantes vitales, la muerte parece perfecta pues su estado de catalepsia es absoluto. Todo ello aunado a la situación del país en el que los servicios médicos son insuficientes y que las altas temperaturas hacen que por norma general un cadáver sea enterrado en las 24 horas siguientes a su fallecimiento; todo ello aumenta mucho las posibilidades de enterrar a alguien vivo.
Pasadas 48 horas el efecto de las drogas que el "fallecido" ingirió dejan de tener efecto, por lo cual el zombificado recupera sus sentidos. En ese momento el bokor le desentierra, le alimenta con una pasta de atropina y escopolamina, que son disociadores alucinógenos que impactan sobre los neurotransmisores y las endomorfinas del cerebro. De este modo se asegura que aunque su cuerpo sigue vivo, su mente nunca vuelve a una normalidad absoluta. Los daños cerebrales son tan fuertes que el afectado no tendrá voluntad propia, limitándose a seguir las ordenes del bokor.
El estado zombie resulta evidnete, según afirman algunos testigos, sobre todo en la mirada: " La cara era inexpresiva y la mirada fija. Los párpados blancos, como si los hubieran quemado al ácido, los ojos estabán muertos, como ciegos, carentes de expresión".
Los primeros ejemplos de terror cinematográfico parte del expresionismo alemán, fruto de las inquietudes sociopolíticas de la Alemania de postguerra. Primeramente El Estudiante de Praga en 1913, de Stellan Rye, largometraje de acentuado goticismo, fue una especie de preparación para posteriormente llegara a las pantallas El gabinete del doctor Caligari en 1919 de Robert Wienne, en la que un manicomio regido por un sabio enloquecido escenificaba el drama de la sociedad germana ante las duras condiciones impuestas por las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial.
Partiendo de la tradición literaria, surgieron producciones como El Golem en 1920, de Paul Wegener y Karl Boese. Igualmente fue Nosferatu, el vampiro en 1922, de F.W. Murnuau, claramente inspirado en la novela Drácula, de Bram Stoker. Este largometraje mostraba entre los claroscuros el drama de un alma en pena condenada a vivir con la sangre de humanos. La imágen del vampiro fue fácilmente asimilada al cine, tal vez por su ya gran popularidad en europa, aunque no fue el único, ya que el imaginario se siguió llenando de criaturas, como aquellas entre lo humano y lo vegetal, de la cual es ejemplo la cinta Mandrágora en 1928 de Henrik Galeen.
Dejando un poco el folklore local, Las manos de Orlac en 1925 de Robert Wiene, propinía un relato ezquizofrénico y una extraña relación entre el amor apasionado y las extremidades del cuerpo.