Hans Memling, Infierno, c. 1485
La representación de un demonio andrógino que parece danzar sobre el cuerpo de los condenados que arden en las llamas aternas del infierno. En la bandera se lee: En el infierno no hay redención.
Henry Fuseli, La pesadilla, 1781
La pintura muestra a una mujer dormida y sobre ella se posa un demonio incubo, que torna sus sueños eróticos, mientras un caballo observa. La mujer, se sabe, es Anna Landoldt, la amada del artista.
Francisco de Goya, Saturno devorando a su hijo, 1819
La escena muestra al supremo dios romano devorando a uno de sus hijos con Rea, arrancándole el cuerpo a mordidas.
Théodore Géricault, Estudio de dos cabezas cortadas, 1818.
Dos cabezas decapitadas sobre una sábana blanca, con gesto desahuciado y que acerca al espectador a la experiencia mortuoria.
Zdzislaw Beksinski
El artista que núnca le puso nombre a sus obras y que evitaba el análisis del contenido de sus pinturas y desdeñaba a aquellos que lo intentaron u ofrecieron respuestas simples a lo que ésta significaba.
Maya Kulenovic, informing Edmund, 2006
Tan oscura y realista, la artista sabe como dotar a sus cuadros de una expresividad aplastante.
Chris Mars, Recollection of disallowed, 2005
Personajes imposibles, enfermizos, ambientes lóbregos, ezquizofrénicos y desiguales forman parte de las obras de este pintor.
Mark Ryden, The cloven bunny
Bizarra armonia entre delicadeza, inocencia y violencia.
Michael Hussar, sweet cooker.
Pintura con tono macabro mezclado con una perversa carga burlona.
Joshua Hoffine, The Anatomy of Fear
Fotografía de composición terrorífica, de alta calidad y de un gran contenido que remite a los temoreres verdaderos, aquellos de la infancia.
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