domingo, 24 de mayo de 2015

Un festín de sangre: películas básicas del cine gore

Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro), 1993



La masacre de Texas, 1974


Guinea pig I, II y III (1985-1986)


Evil dead, 1981


Night of the living dead, 1968



Planet terror, 2007

Re-animator, 1985


Blood feast, 1963


American  psycho, 2000


Martyrs 2008



Holocausto caníbal, 1980 


El Misterio del Polvo Zombie

Wade Davis quien viajó a Haití y logró conseguir muestras del polvo utilizado por los bokores -su historia es representada en la película "la serpiente y el arcoiris"- para realizar la zombificación. Este polvo fue analizado y se encontraron varios tipos de neurotóxicos como tetradotoxina, datura stramonium y dacuna pruriens. La tetradotoxina es encontrada en el hígado de algunas especies de pez globo. Este químico es un potente bloqueador de la actividad nerviosa y administrado en muy pequeñas dósis puede provocar un estado de catalepsia logrando una muerte simulada. El efecto es sobre los estímulos nerviosos, y la víctima está en todo momento consciente de lo que sucede a su alrededor. 

El componente de datura stramonium tiene un efecto alucinógeno, además de provocar amnesia en el individuo. Por último la macuna pruriens es una planta con componentes psicomiméticos y que pueden tener actividad alucinógena. 

Este polvo se encuentra muy bien diseñado para causar un daño no solo en el cerebro sino también psicológico.

                                  

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La influencia del contexto histórico del siglo XX en el cine gore.

Editado por : F. Ivann Cortes.

El cine gore sin duda puede definirse como el gusto desmedido por el sufrimiento humano, la tortura, los asesinatos, y los abundantes litros de sangre y visceras que caracterizan a este subgénero del terror; el gore apela a lo real y sangriento para causar miedo, se encarga de evidenciar la fragilidad del cuerpo humano y muestra lo que puede suceder cuando esta fragilidad es explotada al máximo buscando el sufrimiento ajeno. Son cosas que suceden, pero que nadie quiere creer como reales. 

Algunos de los críticos de cine de terror, definen el inicio del cine gore con la película filmada en 1963 Blood Feast del director Herschell Gordon Lewis, al cual se le considera como "el padre del cine gore"




Sin embargo el cine gore no es un fenómeno que haya surgido de la espontaneidad, pues se pueden encontrar antecedentes anteriores al estreno de esta película, incluso desde finales del s. XIX en el teatro francés, que parte de la estructura del estilo teatral de follecín el cual presentaba escenas de crímenes horribles en sus tramas, este estilo de teatro se convierte en sinónimo de horror gratuito, venganzas viscerales y, ante todo, pavorosos efectos escénicos, capaces de impresionar al público más exigente. 

Años despúes, ya en el siglo XX, este estilo de teatro no afectará al cine de terror, hasta la época de la segunda guerra mundial, etapa histórica en la que surgió un interés desmedido por los horrores y atrocidades de los combates, lo cual remplazo a los viejos valores del cine de terror, que se basaba en los contenidos de la novela gótica, el romanticismo y el suspenso, por lo realista, lo grotesco y lo violento.

El interés por las guerras y las atrocidades cometidas en ella darían como resultado films como Los hombres detrás del sol de 1988, película que narra, desde una diferente perspectiva histórica, cómo se vivió la Segunda Guerra Mundial en Japón a través de la recreación de los experimentos humanos realizados por el escuadrón 731.
                                                      


Sin embargo, hay que decir que esta película no es del todo considerada gore, pero cumple con muchas de las características estéticas de este género pues nos muestra personas siendo mutiladas, torturadas y desfiguradas, dentro de un contexto muy real y bien recreado. 

     
     

Por otro lado, durante la década de los años cincuenta comienzan a conocerse las perversidades realizadas por asesinos en serie como Ed Gein, y posteriormente Ted Bundy, quienes torturaban a sus víctimas tras la máscara de una aparente normalidad. Los periódicos del momento muestran todos los detalles macabros de estos personajes, animados por una morbosa colectividad, que buscaban cumplir la fantasía de ver con sus propios ojos, algún crímen cometido por cualquiera de estos asesinos. 

Los asesinos en serie se vuelven íconos sociales a pesar de sus actos, por lo que en el cine se crean personajes que tengan características similares a los reales, perfiles psicológicos, modos de operación para cazar a las víctimas y sobre todo el gusto por matar. Es así como surge la idea para crear películas como "La masacre en Texas"  de 1974, con leatherface el villano de la película, el cual es al tiempo el personaje principal. 



En este asesino podemos observar características de Ed Gein, pues este gustaba de hacer objetos con la piel de los cadáveres de sus víctimas, igual que el personaje; se fabricó accesorios como máscaras, guantes, lámparas y forros para sus muebles. 

 

La obsesión por la piel humana de Gein, es algo que refleja leatherface y que lo hace tan característico y tan popular como personaje del cine de horror. La película de "la masacre de Texas" se volvió la favorita del público en esos años debido a la similitud de los escenarios de la película con las escenas de los crímenes reales y lo horroroso de los asesinatos que daban una idea muy aproximada de como debió haber sido. 

viernes, 22 de mayo de 2015

El reinado de terror de "Papa Doc" y los "Totons macoutes"


ZOMBIFICACIÓN EN HAITÍ
En Haití se encuentran sectas que realizan prácticas de magia negra y que corresponden a la religión del vudú. El jefe espiritual del vudú, si es hombre, será llamado hougan, y mambo si es mujer. Los practicantes de la magia negra son los bokors -hechiceros-. 
Como el chamán, el hougan es el realizador de rituales, el iniciador en el conocimiento secreto y en los misterios. Es también un sanador, un exorcista, un adivino; sabe como tratar con las entidades invisibles y entrar en su mundo, puede comunicarse con las almas de los difuntos, se sirve de la energía cósmica y es capaz de dominar poderes extraordinarios. 


Houngan y Mambo
Estas prácticas dieron vida no sólo a un aparato de control, sino a la dialéctica que operó entre la religión Vudú, los tonton macuotes, la reactualización de la dicotomía amo/esclavo y la metafotización de las relaciones de producción a través de las represnetaciones sobre la zombificación y la hechicería, que orillaron a la sociedad haitiana a una ferocidad inédita, las cuales ravitan a su vez en los periodos de la dictadura de los Duvalier, primero con el doctor FranÇois y después a la muerte de éste en 1971. 

                                        
                                                   "PAPA DOC"








tontons macoutes 

Duvalier se aprovechó del Vudú para atemorizar, engañar y perpetrar sus crímenes. El más escabroso ejemplo lo constituyeron los tontons macoutes; es decir, el aparto policial secreto. Su único objetivo: mantener a raya a la oposición y atemorizar y torturar a los haitíanos durante casi tres décadas.


Barón Samedi es el loa jefe de la silla de los espiritus de la muerte, llamados Gedé, y cuyas lúbricas danzas imitan el acto sexual. En los cementerios o las encrucijadas de los caminos se llevan a cabo bajo sus auspicios las diversas prácticas mágicas y de brujería llamadas "expediciones" en alusión a San Expedíto, el homólogo católico del Barón.

Duvalier se inspiró en la imágen de Barón Samedí, como representación de la nación misma y de las creencias religiosas imperantes en Haití.



Esta película de 1988 es muestra del imaginario de terror en la sociedad haitiana durante el régimen de Duvalier. 

El polvo utilizado para la zombificación estaba compuesto a base de drogas que dejaban el cuerpo de la víctima en estado catatónico, pero ¿Qué es "zombificar" a alguien"?.

Los Bokor, al ser la mano maléfica de la magia haitiana, tienen el poder de crear zombies. El proceso sería el siguiente: Por medio de la ingestión de un determinado polvo que suelen mezclar con la bebida; el afectado pierde sus constantes vitales, la muerte parece perfecta pues su estado de  catalepsia es absoluto. Todo ello aunado a la situación del país en el que los servicios médicos son insuficientes y que las altas temperaturas hacen que por norma general un cadáver sea enterrado en las 24 horas siguientes a su fallecimiento; todo ello aumenta mucho las posibilidades de enterrar a alguien vivo.   
Pasadas 48 horas el efecto de las drogas que el "fallecido" ingirió dejan de tener efecto, por lo cual el zombificado recupera sus sentidos. En ese momento el bokor le desentierra, le alimenta con una pasta de atropina y escopolamina, que son disociadores alucinógenos que impactan sobre los neurotransmisores y las endomorfinas del cerebro. De este modo se asegura que aunque su cuerpo sigue vivo, su mente nunca vuelve a una normalidad absoluta. Los daños cerebrales son tan fuertes que el afectado no tendrá voluntad propia, limitándose a seguir las ordenes del bokor. 


El estado zombie resulta evidnete, según afirman algunos testigos, sobre todo en la mirada: " La cara era inexpresiva y la mirada fija. Los párpados blancos, como si los hubieran quemado al ácido, los ojos estabán muertos, como ciegos, carentes de expresión". 

Influencia del Expresionismo Alemán en el Cine de Terror

Los primeros ejemplos de terror cinematográfico parte del expresionismo alemán, fruto de las inquietudes sociopolíticas de la Alemania de postguerra. Primeramente El Estudiante de Praga en 1913, de Stellan Rye, largometraje de acentuado goticismo, fue una especie de preparación para posteriormente llegara a las pantallas El gabinete del doctor Caligari en 1919 de Robert Wienne, en la que un manicomio regido por un sabio enloquecido escenificaba el drama de la sociedad germana ante las duras condiciones impuestas por las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial. 




Partiendo de la tradición literaria, surgieron producciones como El Golem en 1920, de Paul Wegener y Karl Boese. Igualmente fue Nosferatu, el vampiro en 1922, de F.W. Murnuau, claramente inspirado en la novela Drácula, de Bram Stoker. Este largometraje mostraba entre los claroscuros el drama de un alma en pena condenada a vivir con la sangre de humanos. La imágen del vampiro fue fácilmente asimilada al cine, tal vez por su ya gran popularidad en europa, aunque no fue el único, ya que el imaginario se siguió llenando de criaturas, como aquellas entre lo humano y lo vegetal, de la cual es ejemplo la cinta Mandrágora en 1928 de Henrik Galeen. 



Dejando un poco el folklore local, Las manos de Orlac en 1925 de Robert Wiene, propinía un relato ezquizofrénico y una extraña relación entre el amor apasionado y las extremidades del cuerpo. 






Terror a la mexicana

La cinematografía cuenta con dos géneros en los que se desarrollan películas que provocan sensaciones de miedo, disgusto, repugnancia, incomodidad o angustia. Por un lado, el cine de horror que se carcateriza por tener elementos sobrenaturales, desconocidos y sin explicación para el hombre. Por el otro, el terror, que cuenta con una explicación racional. 

En México, la historia fílmica de los dos géneros se ha caracterizado por adnetrarse en las cintas sobre vampiros, leyendas, supersticiones y satanismo, como los temas recurrentes, que tienen la tendencia de estar nutridos por la cultura propia de los pueblos y la influencia del cine estadounidense. 

La primera vez que se vio una cinta de miedo en México ocurrió en 1933, en los años en que el cine sonoro llegó al país de la mano del gobierno nacional, específicamente cuando se mandaron traer equipo cinematográfico para la toma de posesión de Pascual Ortiz Rubio. 

Oficialmente se ha dicho que la primera cinta de género terrorífico fue La Llorona, dirigida por el cineasta cubano Ramón Peón, la cual causó sensación por dar vida a un personaje de leyenda. El primer director en especializarse en el cine de terror nacional, fue Juan Bastillo Oro, quien a través de cintas como Dos Monjes en 1934, el misterio del rostro pálido en 1935 y el fantasma del convento 1934, abrió las puertas de este género, repercutiendo en otro cineasta: Fernando de Fuentes. 

En esos primeros años también destaca El Baúl Macabro de Miguel Zacarías, quien ofreció una historia en la que un doctor captura a hermosas mujeres para desmembrarlas y con sus partes intentar salvar a su esposa, a quien aquejaba una enfermedad mortal. 

A partir de 1936, inició en México el auge del séptimo arte, denominandose época de oro, con el crecimiento de la producción de películas sobre los géneros de miedo, a pesar de que a nivel mundial hubo una crísis de calidad en los largometrajes. 

En esta etapa Fernando Méndez creó la que hasta la fecha es considerada por especialistas como la mejor película mexicana de vampiros: El Vampiro en 1957 y, en segundo lugar, El ataúd del vampiro en 1958. Germán Robles se convirtió en el personaje referente del horror nacional. 



Méndez brilló como encargado de llevar a la pantalla grande otros títulos como El grito de la muerte en 1959; la historia d eun grupo de jínetesenmascarados con formas de demonios, o en Los diablos del terror y Misterios de ultratumba. 

Al tiempo, Luis Buñuel, a pesar de no ser reconocido como un cineasta de géneros del miedo, se acercó al terror con cintas como ÉL en 1952 y El Angel Exterminador en 1962, al llevar a los personajes a situaciones extremas al borde de la locura.   
Otras obras cinematográficas: Rafael Baledón con El pantano de las ánimas en 1956 y El hombre y el monstruo en 1959; Miguel Marayta con Ella, lucifer y yo en 1952 y Rogelio A. González con El esqueleto de la señora Morales en 1959. 

A partir de los 60´s, los espectadores crearon una fascinación por el cine de los géneros del miedo que aprovecharon de la mejor manera algunos cineastas para plasmar sus proyectos. Chano Urueta aportó filmes como La cabeza viviente en 1961 y El barón del terror en 1962.  Servando González aportó su obra El escapulario en 1968.  Otros como Rafael Baledón se mantuvieron con aportaciones constantes con filmes como La Loba en 1958 y Museo del Horror en 1963; Miguel Morayta con El vampiro Sangriento en 1962 y Doctor Satán en 1966. 

A finales de los años 60, el cine pasó del blanco y negro al color. La cinematografía nacional estuvo marcada por temas políticos y el cine de ficheras, producciones con las que tuvo que competir el género de terror, que ofreció sus mejores obras de la mano de Carlos Enrique Taboada, con películas como El libro de piedra en 1969, Hasta el Viento tiene miedo en 1968, Mas negro que la noche en 1975 y Veneno para las hadas en 1984. Toboada es considerado el principal exponente de películas en torno al cine de horror y terror. Junto con él aparecieron otros cineastas que compitieron como René Cardona con La noche de los mil gatos en 1970 y Tintorera en 1972; Alucarda, la hija de las tinieblas en 1975 de Juan lópez Moctezuma, y Doña Macabra en 1972 de Roberto Gavaldón. 

A partir de los años 80, la cinematografía de terror se vio limitada en cuanto a la calidad de sus producciones que duró casi veinte años. La incursión a los efectos especiales no resultó de lo mejor y solamente pocas cintas destacaron convirtiendo a sus realizadores en cineastas de culto. Entre ellos, Alejandro Jodorowsky con la cinta Santa sangre en 1989, Carlos Humberto Hermosillo con El corazón de la noche en 1984 y Federico Curiel con El jinete de la muerte en 1980. Algunos filmes como El hijo del sheriff en 1982 de Fernando Durán y Vacaciones de Terror en 1988 de René Cardona III, generaron una división de opiniones que iban de lo terrorífico a lo ridículo. 

En los 90´s solo se produjeron cinco películas del género: Trampa Infernal en 1990 de Pedro Galindo, El Sacristán del diablo en 1992 de Jorge Luke, Cronos en 1993 de Guillermo del Toro, Sobrenatural en 1996 de Daniel Gruener, y Angeluz en 1997 de Leopoldo Laborde. 




























El terror en el Cine

¿Por qué hay personas dispuestas a pagar a cambio de sentirse extremadamente incómodas?

El miedo comenzó siendo algo positivo en las sociedades prehistóricas, que salvaguardaba al hombre de los peligros que presentaban los depredadores, las inclemencias del tiempo, y demás amenzas, poniendole en estado de alerta y la búsqueda de supervivencia. A medida que las sociedades fueron avanzando, el conocimiento sobre los temores fueron creciendo, llegando incluso a ser utilizado por los grandes poderes para el control de las masas o para moldear a las sociedades con respecto a los intereses de algunos. 
Algunas religiones también han hecho uso del miedo como arma para el mantenimiento de sus instituciones; los dioses vengativos, el infierno y las deidades malignas, hicieron y hacen, incluso hoy en día, que algunas personas vivan temerosas conforme sus acciones.

Actualmente hay un gusto por ese sentimiento de incomodidad y vulnerabilidad que ha sido llevado al cine, como una forma de satisfacer ese extraño gusto y  catársis tanto individual como social, tal vez con la seguridad de que ese terror no saldra de la pantalla. 




El Arte incómodo


Hans Memling, Infierno, c. 1485

La representación de un demonio andrógino que parece danzar sobre el cuerpo de los condenados que arden en las llamas aternas del infierno. En la bandera se lee: En el infierno no hay redención.



Henry Fuseli, La pesadilla, 1781

La pintura muestra a una mujer dormida y sobre ella se posa un demonio incubo, que torna sus sueños eróticos, mientras un caballo observa. La mujer, se sabe, es Anna Landoldt, la amada del artista. 



Francisco de Goya, Saturno devorando a su hijo, 1819

La escena muestra al supremo dios romano devorando a uno de sus hijos con Rea, arrancándole el cuerpo a mordidas. 



Théodore Géricault, Estudio de dos cabezas cortadas, 1818.

Dos cabezas decapitadas sobre una sábana blanca, con gesto desahuciado y que acerca al espectador a la experiencia mortuoria. 



Zdzislaw Beksinski

El artista que núnca le puso nombre a sus obras y que evitaba el análisis del contenido de sus pinturas y desdeñaba a aquellos que lo intentaron u ofrecieron respuestas simples a lo que ésta significaba. 



Maya Kulenovic, informing Edmund, 2006

Tan oscura y realista, la artista sabe como dotar a sus cuadros de una expresividad aplastante. 



Chris Mars, Recollection of disallowed, 2005

Personajes imposibles, enfermizos, ambientes lóbregos, ezquizofrénicos y desiguales forman parte de las obras de este pintor. 



Mark Ryden, The cloven bunny

Bizarra armonia entre delicadeza, inocencia y violencia.



Michael Hussar, sweet cooker. 

Pintura con tono macabro mezclado con una perversa carga burlona.



Joshua Hoffine, The Anatomy of Fear

Fotografía de composición terrorífica, de alta calidad y de un gran contenido que remite a los temoreres verdaderos, aquellos de la infancia. 



Hablando del miedo



"Puede que la ciencia haya desenmascarado muchas supersticiones de la Alta Edad Media y descubierto la falsedad de la magia secular y religiosa del pasado, pero en su lugar ha introducido gran cantidad de inquietudes nuevas que nos acosan desde la cuna hasta la tumba" 
R.H. Charles, 1931

En 1862 Dechenne de Boulogne, un neurofisiólogo francés, publico un libro titulado "The Mechanism of Human Facial Expression", el cual constituyó una investigación notable, donde se tomaba la cara de un hombre de edad anestesiado y a través de descargas eléctricas intentaba reproducir diversas emociones. Con varios músculos contraídos, el retrato emocional del miedo que produjo y fotografió fue increíble. Según Duchenne, la cara reflejaba las emociones en forma directa y sus estudios lo llevaron a relacionar sus análisis con los "principios de expresión" argumentados por Darwin, y quien sostenía que la cara de miedo tenía atributos que favorecían la supervivencia (los ojos abiertos de par en par con las cejas en alto permitían al individuo mirar a su alrededor con mayor rapidez).

La investigación de la historia cultural de una emoción, tal como el miedo, es en gran medida una tarea más compleja que la de analizar eventos históricos específicos. Para comenzar ¿Podemos estar seguros que la denominación del miedo de una persona en un período histórico es la misma que la de su predecesor?.

Definir categóricamente el "miedo" no sirve desde mi punto de vista, ya que dicha emoción podría significar más cosas que las que se pueden expresar en palabras. Sin embargo, si existe una forma de percatar el miedo, y es cuando ocurren ciertos cambios y señales a nivel fisico biológico. Primero los sentidos captan el foco de peligro e inmediantamente es interpretado por el cerebro y pasa la acción al sistema límbico. Este descarga las emociones de lucha y huida, como sentidos de autopreservación. El cerebro inicia también una cosntante revisión de los contenidos y pone los sentidos en extrema alerta. La amígdala se activa y comienza el aumento de la presión arterial, la velocidad del metabolismo, el aumento de glucosa en la sangre, la adrenalina sube, los músculos se tensan, los ojos se abren y las pupilas se dilatan. 

Si la impresión del miedo raya en pánico, los lóbulos frontales se desactivan, la magnitud del peligro se pierde, al igual que el control de la conducta individual.